1.- Ayuda a perder peso: El vino tinto activa a un gen que impide la formación de nuevas células de grasa. Aunque contiene siete calorías por gramo, tomándolo de forma moderada, contribuye a reducir la obesidad y el sobrepeso.
2.- Combate las bacterias bucales: Algunos compuestos del vino frenan el crecimiento en la boca de los estreptococos y bacterias que generan caries, gingivitis y dolor de garganta.
3.- Mejora el rendimiento del cerebro: La ingesta moderada de vino mejora el funcionamiento del cerebro, y en pequeñas cantidades, previene la demencia. La causa podría ser la elevada presencia de antioxidantes que contiene la bebida, que reduciría la inflamación, impide que las arterias se endurezcan e inhiben la coagulación, lo que mejoraría el riesgo sanguíneo.
4.- Combate el cansancio: Un componente de las uvas, el resveratrol es que tendría este efecto en nuestro cuerpo.
5.- Aumenta nuestras endorfinas: Al beber vino tinto liberamos endorfinas, lo que nos relaja y nos hace disfrutar del momento.
6.- Limpia el paladar: Si bebes vino mientras comes, percibirás mejor los sabores que con agua. Esto es debido a sus propiedades astringentes, que evitan la excesiva sensación de grasa causada por alimentos como las carnes rojas.
7.- Disminuye la posibilidad de padecer cáncer: Reduce el riesgo de cáncer de pulmón en los varones, sobre todo si son fumadores y paraliza el crecimiento de células causantes del cáncer de mama. Se cree que es debido a uno de sus componentes, el resveratrol que frena los efectos de las hormonas femeninas.
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